Actualmente, existen cinco millones de asuntos pendientes en los juzgados, el doble que hace una década, y cada año la acumulación de casos se vuelve más intensa. Los procuradores son, sin duda, quienes mejor pueden contribuir a agilizar el funcionamiento de la Justicia.
Reducir el problema de la Justicia española a un debate sobre el lawfare, los jueces conservadores o progresistas o su independencia e imparcialidad es interesante. Pero distrae. El gran problema judicial, el que más perjudica a los ciudadanos, es su atasco